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"Tierras de fuego": ¿Qué nos pasa?

"Tierras de fuego": ¿Qué nos pasa?

Queda poco por decir y apenas hemos comenzado. Cuando escuché por vez primera el título de la novela cubana, "Tierras de fuego", pensé que, luego del aluvión de críticas- casi todas bien fundamentadas- recibidas por, "Santa María del Porvenir", asistiríamos a una producción entretenida en la que los códigos del género, aplatanados a la esencia campesina que adelantaban los promocionales, estarían afinados hasta el aplauso, el erizamiento y las lágrimas.
¿Qué nos pasa?
La pregunta es lógica si tenemos en cuenta que la sorpresa no se produjo. Ni Lucio Contreras, ni Nacho Capitán, ni "Tierra brava"; - telenovela cubana de décadas atrás que abordó el tema desde mejor ángulo y con mucho éxito- la historia Shakesperiana de los campos de Cuba deja impresiones contradictorias en sus capítulos pilotos, y todos sabemos que eso es fatal para lo que ocurrirá en las próximas semanas en materia de teleaudiencia y aceptación.
Un guajiro amigo, aficionado a la TV, me comentaba que los que "hicieron" la telenovela no sabían nada del campo, y es que el maíz, por ejemplo, no se guataquea, según mi amigo, cuando ya está espigado. Más que pifias de la realización, facilismo y superficialidad investigativa de los escritores.
No conozco muchos hombres de campo por acá por el occidente de la isla que vistan como cowboys, hacendados brasileros o charros mexicanos. Los guajiros que yo conozco son los que llevan botas de goma, camisas de mangas largas de fuerte caqui, algunas militares, y gorras, pues, por alguna causa poco investigada, los sombreros de yarey están en franca extinción en los campos de Cuba.
Otra interrogante que surge es el destino de, Baldomero.
Personaje llamado a representar el polo opuesto en el agudo conflicto que gravita sobre las dos familias, desde el inicio pierde efectividad al presentarse una excesiva estancia en hospitales y, por lo visto, hasta el momento, representará un personaje muy parecido al archiconocido, Lucio Contreras, de la exitosa "Tierra brava". Demasiadas coincidencias con olor a segundas partes en versión libre…
¿De dónde sacan argumentos tan insostenibles, que pronto dejan de despertar el interés de los televidentes?
"La última mujer y el próximo combate". Así se titula una novela del genial Manuel Cofiño, cuyos personajes surgieron luego de seis meses de bregar el autor y un grupo de estudiantes de la Universidad de La Habana, por los lomeríos de Caracoles y Cabeza de Horacio, acá en Mantua. La Nati, Ciaco, Bruno y muchos más son el fruto de las experiencias acumuladas por Cofiño en su contacto con los hombres y mujeres de estos parajes. Apenas unas dos cuadras de mi casa, viven Ciaco y su esposa, inspiradora de La Nati, - los verdaderos- y puedo decirles que, salvando el tiempo, son los mismos que descubrí en las páginas de "La última mujer...
Con este paréntesis anecdótico pretendo ilustrar la necesidad de investigar con profundidad a la hora de escribir un guión aquellos aspectos que le aportarán autenticidad a la obra terminada con la que se identificarán miles de personas y, a la par de hacerles pasar un rato de esparcimiento, les hagamos reflexionar sobre aquellas cosas de la vida cotidiana que, de tan comunes, pasan percibidas.
Ese campesino con reloj caro, montura impecable y, siempre, siempre, afeitadito como para una fiesta, no existe en esta lengua de tierra que se eleva sobre el Caribe.
Otro punto: la mujer campesina no es esa que muestran. Ni su interior ni su exterior conviven en las sacrificadas féminas que hoy pueblan- otra vez- los campos de mi isla, y que conste que no aspiro a convertir la telenovela en un retrato, pero me gustaría que lo que hacemos, tenga el sello de lo auténtico. No hay deseos de parecerse a héroes de plástico; el tiempo de esos mitos, ya pasó.
¿Sabemos hacer cosas mejores?
Si, y el ejemplo atrevido de, "S.O.S Academia", así lo demuestra. Más allá del trabajo novedoso de fotografía, el modo diferente de desarrollar el discurso televisivo y un argumento con verdadero gancho, la serie cubana, con apenas unos capítulos en el aire, ya tiene seguidores. Solo el tiempo dirá si el producto fue bueno o malo, pero el deseo de romper esquemas, ya merece un fuerte aplauso.
Curiosamente, y salvando las diferencias de género, "Tierras de Fuego" y, "S.O.S." pertenecen a la misma casa productora.
Una vez más: ¿Qué nos pasa?

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