Gran tormenta de granizos en Mantua.
La tarde del viernes 27 de abril sorprendió a los pobladores de la villa mantuana y sus inmediaciones con una de las tormentas más pródigas en granizos que se recuerden en el poblado. El sonido del granizo sobre los techos y la acumulación en calles y parterres constituyó un espectáculo impresionante, sobre todo para los más jóvenes. Por espacio de quince minutos, el hielo acompañó a la lluvia en una profusión y tamaño nunca vistos en estos predios.
Cuando la tempestad y la fuerte lluvia amainaron, los vecinos pudieron presenciar una de las consecuencias del fenómeno meteorológico: las telas de la casa de cultivos semiprotegidos no resistieron el peso de la granizada y cedieron, convirtiéndose en colectores de unas tres toneladas de hielo a juzgar por los entendidos. Vecinos del lugar y responsables de la instalación intentaron aliviar la presión del hielo sobre el tejido protector, pero la operación resultaba superior a sus posibilidades.
Decenas de bloques de granizos solidificados, de más de 60 libras, agobiaron con su peso la estructura de unos mil metros cuadrados que protegió los cultivos, pero resultó seriamente dañada. La tormenta ocurrida en Mantua se suma a similares que descargaron su furia sobre la capital provincial y otros puntos del territorio pinareño en igual fecha, demostración de la omnipotente naturaleza que nunca dejará de asombrar a los simples mortales.
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