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Noticias de la semana

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Un Obama, sin guayabera, en una cumbre de América, sin la presencia de algunos pueblos de este continente; una Clinton, poco consecuente con el desfase proverbial de la política exterior que encabeza, tirando un pasillo al ritmo de la música cubana, en el Café Havana- con v- de la ciudad colombiana de Cartagena, una niña de seis años esposada por la policía norteamericana, acusada de "agresión y daño a la propiedad"; una Ley, aprobada por la Corte Suprema imperial, que obliga a cualquier ciudadano estadounidense a desnudarse para ser "cacheado" por las fuerzas del orden y un Rey Juan Carlos, que gasta millares de euros... cazando elefantes en Botsuana constituyen noticias en la prensa nacional e internacional durante la pasada semana.

Nada, que los que soñaban un siglo XXI en el que la humanidad dejaría atrás los tiempos de la barbarie, las guerras y el exterminio, para adentrarse en la senda del desarrollo, la preservación del medio ambiente y la conquista de mundos y recursos que garantizaran la supervivencia del género humano, han de observar, impotentes, el despertar de las ideologías reaccionarias del siglo XX, capaces de reducir a cenizas la vida, por el hecho poco probable de la superioridad racial, o las teorías del, "espacio vital", que no son más que patrañas para expropiar a los pueblos de sus recursos naturales en beneficio de las minorías poderosas.

La filosofía hegemonista e impositiva de los grupos de poder, se resquebraja: pese a las dimensiones del recipiente, resulta evidente, de tantos agujeros, que ya no sirve para cargar agua. Voces importantes y diarios de gran lectura en el mundo, anuncian el fiasco de la política norteamericana contra la mayor de las Antillas, luego de más de medio siglo de bloqueo irracional y el rechazo internacional a semejante actuar, propio de dinosaurios y no de hombres. No cabe ya, en la cabeza de un número creciente de empresarios y políticos norteños, la idea absurda de subordinar los intereses nacionales, a los propósitos nada altruistas de un pequeño grupo extranjero que hace lobby en el Congreso norteamericano y maniobra en favor de intereses nada plurales, y mucho menos, patrióticos.

Es tan desesperada la situación de la ultraderecha internacional que ha enfocado todos los esfuerzos a erradicar en los seres humanos la garantía de ser tratados como tal, a través de la intervención de los gobiernos, con sus leyes y fuerzas, en la individualidad de las personas, hasta convencerlas de que son solo, "material desechable". Sin otras soluciones que plantear, ponen en práctica, a todo gas, tales doctrinas como únicas salidas a la implosión provocada por tantos marros y subestimaciones a los pueblos y a un mundo que, de una forma u otra, da la espalda y opta por derroteros diferentes.

¿Quién hubiese apostado, apenas unas décadas atrás, por un lapso presente en el que, países como, Colombia, Ecuador y Nicaragua, denunciarían o se ausentarían a una cumbre con los "señores del norte", para protestar por el veto a la presencia de Cuba? Con seguridad, nadie.

¿Quién hubiese creído posible un movimiento de indignados en el corazón del país que mantiene encolerizada a buena parte de la humanidad?

Son los síntomas del cataclismo de un sistema que ha consumido las energías y esperanzas de sus mejores hijos en la idea errónea de un mundo donde no prime la amistad, sino los intereses. Son los indicios de que, sus valores, insustentables, serán sustituidos por otros razonables, que detengan el deshielo y restablezcan el muro de cordura que contenga la furia del tiempo y sirva de senda para el progreso y la coexistencia pacífica, respetando diferencias.

Cuando los cañones soviéticos tronaban a las puertas de un Berlín sitiado y moribundo, el sátrapa de Hitler, movía divisiones, maniobraba con miles de soldados y tanques inexistentes y "ganaba milagrosamente" la guerra a las puertas de Moscú. Delirios de un loco irresponsable como pocos, que causó la muerte de millones de seres humanos; una etapa de la historia, no superada, que regresa y está presente en los seguidores modernos de las prácticas coercitivas del Tercer Reich.

El Rey Juan Carlos de cacería por África, gastando miles de euros, mientras el 51% de los jóvenes españoles está sin empleo, el señor Obama con sus lechugas en Cartagena, desentendido de los reclamos mundiales mientras sus drones continúan volando silenciosos, sobre aldeas y ciudades de esos "rincones oscuros" de este mundo; bajo las alas las cargas letales, defensoras de los últimos reductos de un sistema que se resiste a volver la hoja de la historia.

Son las noticias leídas entre líneas, reveladoras de que, ninguna fórmula de occidente será efectiva en contener esta ola de cambios que recorre el planeta, para que, los niños de seis años no sean esposados, las personas no sean desnudadas, a la usanza nazi y, ningún rey europeo mate elefantes en un país africano. Va por ustedes, los de allá, y por nosotros.

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